lunes, 25 de febrero de 2013

Los dispositivos móviles pueden aportar valor añadido en las bibliotecas

Rafael Ibáñez opina acerca de las bibliotecas y las TICS
España

     Las bibliotecas pueden aportar un valor añadido a los ciudadanos a través de los dispositivos móviles, asegura el bibliotecario Rafael Ibáñez, quien está convencido de que adaptarse a los dispositivos móviles es una cuestión de supervivencia en la biblioteca como servicio.

     Ibáñez expuso durante el VI Congreso Nacional de Bibliotecas Públicas varias experiencias puestas en marcha por la Biblioteca Municipal de Burgos, todas ellas relacionadas con el uso de la tecnología. Bajo el título Re-inventando la biblioteca, re-creando la ciudad presentó los proyectos Luz de tinta, Paseos literarios por Burgos, Relatos para Jorge y el portal de referencia e información comunitaria construido sobre Netvibes.

     Ibáñez, que habitualmente contribuye en el blog BiblogTecarios, transmite en la entrevista realizada por la Fundación una actitud de interés por la experimentación hacia la tecnología que encaja con el talante de la Biblioteca Municipal de Burgos, en la que trabaja. «Siempre hemos tratado de acercarnos a las nuevas ofertas tecnológicas con ánimo de explorar sus posibilidades», afirma. Por eso la Biblioteca Municipal de Burgos sirve de avanzadilla al resto de la administración municipal y va incluso por delante de sus usuarios, que esperan a que los avances tecnológicos estén consolidados para incorporarlos a su vida cotidiana, explica.

     Algunos de los proyectos presentados durante el Congreso Nacional de Bibliotecas Públicas hacen uso de tecnologías que requieren dispositivos móviles (smartphones, tabletas, iPod u otros), como la realidad aumentada, los códigos QR o el podcast. Ibáñez opina que las bibliotecas no pueden quedarse atrás en este sentido, pues no se trata de una cuestión de moda o modernización. En este sentido, pueden aportar la selección y organización de la información, orientando al usuario en la satisfacción de sus necesidades, siempre con una gran inmediatez, en el momento y lugar en que el usuario lo demande, pero también ofrecen la posibilidad de poner a disposición del usuario información relacionada con su entorno.

     Al preguntarle sobre cómo surge la innovación en su biblioteca, Ibáñez asegura que resulta de la convergencia de dos realidades: «la necesidad que tiene la biblioteca de acercarse, atraer y mantener la fidelidad de sus usuarios, y el innegable interés del propio personal bibliotecario por explorar nuevas fórmulas para satisfacer su vocación de servicio».

     En el caso de la Biblioteca Municipal de Burgos, la práctica adquirida en el manejo de redes sociales les ha permitido introducirse en los códigos QR, la geolocalización o la realidad aumentada, con el objetivo de experimentar sus posibilidades y darlas a conocer de manera práctica a los burgaleses, con la única limitación de que no resultasen onerosas para el presupuesto. Además, «a medida que ha ido creciendo la complejidad de los proyectos, mayor ha sido la implicación voluntaria del personal», explica Ibáñez.

     «Los usuarios han acogido estas novedades con cierta sorpresa y curiosidad», declara. Pero, desde su punto de vista, el hecho de que la creciente aceptación de las propuestas tecnológicas de la biblioteca se realice de manera un tanto pausada facilita que la transición hacia los servicios bibliotecarios “reinventados” resulte calmada, sin sobresaltos que alteren la necesaria connivencia entre la Biblioteca y el usuario.

     Desde el punto de vista de Ibáñez los bibliotecarios deben sacudirse la pereza y apostar por la formación continuada, porque la tecnología llega para instalarse en nuestras vidas y las bibliotecas no pueden permanecer al margen. «Si bien es cierto que en muchas bibliotecas la escasez de personal obliga casi a limitarse a la atención directa y personal al usuario, también lo es que la incorporación a las redes bibliotecarias y los programas de catalogación compartida han permitido “rescatar” un tiempo que no debe desaprovecharse, sino invertirse en la innovación para la mejora de los servicios ya existentes y la creación de otros nuevos», afirma el entrevistado. Otra opción es seguir la estela de aquellos compañeros que investigan y analizan las posibilidades bibliotecarias de las novísimas tecnologías.

     «Sólo con una actitud positiva —advierte Ibáñez— podremos convertir las novísimas tecnologías en magníficas aliadas de los servicios bibliotecarios, que sin ellas languidecerán irremisiblemente al disociarse de una nueva realidad cada más asentada.»

     El texto de la comunicación sobre las experiencias de la Biblioteca Municipal de Burgos en el VI Congreso Nacional de Bibliotecas Públicas puede descargarse en pdf desde este enlace, y en este otro tenemos la presentación utilizada.

♦ MI OPINIÓN

     Como ya dije en posts anteriores, para mí no hay nada mejor que el hecho de que la gente se anime a pedir un cambio. Si puede implementarse plenamente, genial, sino, se buscará la manera de incorporarlo progresivamente.

     Las nuevas tecnologías son un aliado muy poderoso de la cultura escrita, porque como ya dije antes, quien quiera acceder a los libros, se acercará a ellos como quiera y pueda. Y si las bibliotecas pueden ofrecerle distintas posibilidades, mejor.




Fuente: Fundación GSR

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